miércoles, 4 de diciembre de 2013

Primer mes en Cádiz

Hace un mes que vivo en Cádiz. De echo, un poco mas y, en un mes, he aprendido algunas cosas.

He aprendido que si tú sientes que alguien forma parte de tu familia, no importa que no os unan lazos de sangre porque, os une un sentimiento que vale mucho más.

 He aprendido que cuando tienes la suerte de que tu alma gemela sea tu mejor amigo, tu hermano, cerca nunca es demasiado cerca.
Que una sonrisa abre muchas puertas. Que el mundo está lleno de personas que merece la pena conocer y solo tienes que darte la oportunidad.

He aprendido que levantarse con un sonrisa hace que el día sea mejor. Que si confio en que no me perderé es probable que no lo haga y que, si lo hago, el GPS de mi móvil me llevará al lugar correcto de vuelta.


He aprendido que las calles de una ciudad, no importa como de estrechas sean, pueden llenarte el alma cuando las recorres. Que una manita puede llenarte un mes de alegría si agarra la tuya y que, un niño que no levanta un palmo del suelo puede hacerte feliz con solo decir tu nombre.

He aprendido que las distancias son relativas y dependen más de los sentimientos que de los kilómetros. Que nunca aprenderé a no echar de menos. Que el Whatsapp tiene muchas cosas malas pero puede hacerte sentir cerca de los que están más lejos.

He aprendido que, por muy cínica que yo crea que me he vuelto, sigo siendo la misma. Que me importan las personas. Que, en el fondo, sigo siendo incapaz de no involucrarme cuando alguien me importa.
He aprendido, que, no quiero ser de otra forma. Aunque duela. Aunque pierda.

He aprendido, sobre todo, algo que ya intuía. Que, el primer paso para ser feliz es, querer serlo.


Y en mis oídos:


"Nos quedó aquel tatuaje de tus manos en mis piernas. Nos sobraban tentaciones y, dejarnos de apariencias"

jueves, 3 de octubre de 2013

Solos para siempre ¿O no?

A los solteros nos ocurre un extraño fenómeno, por lo menos, una vez al mes. De repente, nos invade el terror de quedarnos solos PARA SIEMPRE. Este miedo no entiende de edades, sexo o belleza. Juro que he oído a chicas de 16 años lamentándose porque "nadie las iba a querer nunca".

Según vas creciendo, este miedo empeora o, al menos, empiezas a tomártelo mas en serio. Todos, a tu al rededor, tienen pareja, tus amistades empiezan a casarse, tus padres llevan 30 años juntos y, aún, van de la mano por la calle y, tú, empiezas a comparar y a hacer cuentas y te entran sudores fríos.Si eres mujer, tu reloj biológico pasa de susurrarte dulcemente a, gritarte sin piedad.

No se como será para los hombres pero, las mujeres, hacemos cálculos estúpidos: "Si le conozco (a EL, el hombre de tu vida, el elegido, THE ONE), este año, todavía nos da tiempo a salir dos años, vivir juntos un año antes de casarnos, disfrutar un año de matrimonio sin hijos y, ser padres antes de los 35". Si, si. No os hagaís las locas, vosotras también lo haceís.

Estar soltero parece un estigma. Una enfermedad que hay que curar cuanto antes, porque, ¿quién quiere estar solo?
Pues, yo, os digo algo: "Soltero" y "solo" no son la misma cosa. Ni de lejos.

Yo estoy soltera pero, no he estado sola ni un minuto de mi vida. Está mi familia, claro, la que va a estar siempre. La que me ha demostrado que existe el amor incondicional y que, cuando mas fea se pone la vida, no hay mayor fuerza que la de querernos.
Están mis amigas y, la fortuna de haberlas encontrado. Las que te conocen tan bien que saben, sin que lo digas, que las necesitas.
 Está mi mejor amigo que, a 1000km de distancia, está mas cerca de mi que cualquier otra persona. Compartimos alma y, jámas, se ha quejado de falta de espacio.
 Están todos aquellos que me acogen, con los brazos abiertos, en sus vidas y, en sus casas, cada vez que voy a visitarlos y, me hacen sentir que nunca nos ha separado ni el tiempo, ni la distancia.
 Esa persona que, con solo sonreir, te calienta el alma o, el desconocido que te hace reir tan sinceramente que te devuelve la fé en la humanidad.
Y, sobre todo, estoy yo misma.

Con el tiempo y, mucha paciencia, voy aprendiendo a quererme y ser mi mejor amiga. Cuando aprendes a quererte descubres que, no hay nada que no puedas hacer por ti misma. Porque, al fin y al cabo, si puedes ir sola al cine, cambiar sin ayuda la rueda del coche (o llamar tu solita a un mecánico)o, disfrutar de esa botella de vino rosado sin mas compañia que la de tu serie favorita, ¿quién va a poder pararte?


Y en los oídos:



jueves, 12 de septiembre de 2013

¡OH! ¡OH!


Ya no me acordaba de como era esto, los nervios en el estómago, la incapacidad para ingerir nada o, el hambre arrolladora que te hace devorar todo lo que encuentras a tu paso.

No me acordaba de esta sensación de montaña rusa. Ahora arriba y, en dos segundos abajo.

Si no te escribe en todo el día te sientes la persona mas miserable del mundo: "No le gusto", "nunca mas vamos a hablar", "soy fea" etc.

Y, de repente, llega un mensaje, un whatsapp, una llamada o, una señal de humo y, te sientes, otra vez, en una nube, la mas feliz y afortunada del planeta.

Se me había olvidado como era estar pendiente odo el día del teléfono o, peor, intentar no estar pendiente. Admitamoslo, no lo conseguimos y, solo nos crea ansiedad.

Tú, tan cuerda, tan madura, tan buena dando consejos a problemas ajenos. Tú, te acabas de convertir en una persona bastante bipolar y, lo sabes. Juras que te vas a controlar, que no vas a cometer los error de siempre pero... es que ¡lleva dos días sin escribirte! y, la loca que llevas dentro, bien oculta, empieza a reberlarse.

¿Por qué nos pasa eso? ¿Por qué me pasa a mi?

Porque me gusta, porque quiero conocerle, y me gusta más. Y...no tengo paciencia.

Un (AUTO) consejo:

Si estas total y absolutamente segura de que no es buena idea hacer algo que te mueres por hacer, por favor, para, respira y cuenta hasta díez. Si, aún así, tienes ganas de hacerlo, ¡hazlo! Después de todo, así eres y, a el, le tienes gustar tu, como eres. Con virtudes y defectos. Y, si no, ¡Que nos quiten lo bailaó!

Y en mis oídos: